Después de trabajar vendiendo diferentes cosas como congelados, pisos, televisión por cable, internet, etc, pensé que si quería conseguir un trabajo mejor debía volver a estudiar e ir a la universidad.
Me acuerdo perfectamente de cuando me vino esa idea a la cabeza. Estaba trabajando como vendedor y tenía un jefe que, en mi opinión, no valía para nada.
Pensé que la única razón por la que esa persona era el jefe, era porque había estudiado en la universidad.
Entonces fue cuando decidí estudiar. Aunque no tenía ganas de hacerlo, creí que había tocado techo y necesitaba algo más. Por aquel entonces tenía 29 años.
Volver a estudiar a los 30
Me lo pensé durante mucho tiempo, pues para llegar a la universidad, primero tenía que hacer una prueba de acceso, después un Ciclo Formativo y finalmente podría entrar en la universidad.
Lo veía un camino muy largo. Con lo que me centré en el primer paso para evitar sentirme abrumado. Así que primero era cuestión de superar la prueba de acceso.
Si pasaba, me tocaría preocuparme por el Ciclo Formativo, y luego la universidad.
Es la única manera de ponerte en marcha. De otra manera te sientes abrumado y ni empiezas. Es como esa frase “una jornada de 100 quilómetros empieza con un primer paso”.
Nunca es tarde para volver a empezar
Me acuerdo muy bien de cuando fui a inscribirme para la prueba de acceso.
Era el día que terminaba el plazo y a parte, a la última hora.
Justo cuando llegué, había un chico que estaba hablando con la mujer que gestionaba las inscripciones.
Al chico le faltaba un papel y la mujer le estaba permitiendo venir al siguiente día, fuera de plazo, para entregarlo.
El chico tenía una actitud extraña, que no entendí bien en en aquel entonces. Fue algo así:
Chico: Bueno, entonces entiendo que ya no me da tiempo.
Mujer: Te digo que sí. Solo tienes que traerme este papel mañana y ya está.
Chico: Pues veo que no me dais solución. Ahora ya no podré apuntarme.
Mujer: Solo te falta esto. Te doy tiempo hasta mañana para que lo entregues.
Chico: Entonces lo dejo correr. Me voy.
No comprendía a que venía esa reacción tan surrealista por parte del chico. La mujer le estaba dando una solución y él parecía que lo ignoraba. ¿A qué venía todo eso?
Algo más tarde me quedo claro. Le pasaba, lo que le pasa a mucha gente en situaciones parecidas.
¿Sabes qué?
Tenía miedo de suspender, miedo de que sus amigos le dijeran que no valía, que era tonto, que no perdiera el tiempo, que él no servía para estudiar, que se rieran de él. El miedo le venció y prefirió ni tan solo intentarlo. Es una lástima.
Volver a estudiar después de muchos años
Por mi parte, hice la prueba de acceso y la superé, no sin mucho sacrificio y sufrimiento psicológico.
Cuando miré las notas en el tablón tuve que repasarlo tres veces. No podía creérmelo.
Cuando finalmente vi que era verdad me note aliviado y a la vez exhausto. Todo el cansancio que había arrastrado durante meses me vino de golpe.
Luego vino el turno del Ciclo Formativo. Me sentí muy raro yendo a clase de nuevo. En ese momento tenía 32 años. Había dejado de estudiar hacía más de diez años. Era el mayor de la clase.
Me notaba fuera de sitio. Pero lo superé y conseguí aprobar. Luego fue el turno de ir a la universidad. Y aquí terminó la historia.
Deja una respuesta